Inauguración Oficial de la Expo Zaragoza 2008

Majestades,Señoras y señores:

Hace nueve años, un grupo de zaragozanos empezamos a soñar en esta Exposición.

Muy pronto se convirtió en un sueño colectivo, en una ambición de toda la ciudad.

Desde entonces, no ha habido un solo día en que Zaragoza haya dejado de trabajar para que aquella visión se hiciera realidad.

Decir que es emocionante estar aquí hoy, con la responsabilidad y el honor de representar a los zaragozanos, apenas desvela la profundidad de mis sentimientos. Es mucho más.

Porque el camino no ha sido fácil, ni nada nos ha sido regalado.

Cada metro de ribera recuperada, cada dovela de los nuevos puentes, cada palmo de los grandes edificios, ha costado una cantidad ingente de trabajo y entusiasmo.

La historia de amor que ha sido construir una nueva Zaragoza, ha resultado, como todas las historias de amor, intensa, difícil, apasionante… y absolutamente hermosa.

Zaragoza -Majestades, amigos- se ha aplicado a la tarea del 2008 con la fe y la energía sin tasa que tenemos los aragoneses cuando acometemos una empresa en la que creemos.

Nos inspira un sincero homenaje a nuestros antepasados que hace doscientos años dieron al mundo un ejemplo insuperable de heroísmo ciudadano y militar ante el poderoso ejército de Napoleón.

Nos obliga la admiración hacia quienes, cien años después, decidieron honrar a los héroes de «Los Sitios»: organizando una Exposición hispano-francesa, que prefiguró en estimable medida la Zaragoza del siglo XX.

Pero por encima de lo material se esconde algo mucho más importante pues 1808, 1908, 2008, no son sólo fechas, son pasión contenida. Son sentimientos sobre los que se construye nuestra identidad colectiva.

Sabíamos que el agua era un tema estratégico clave para el siglo XXI que podría concitar -como así ha sido- un interés universal, pero en la elección de ese tema había otra clave: El agua ha sido, desde la fundación de la ciudad, parte primordial de nuestra razón de ser.

Y queremos, además, que lo siga siendo en el futuro. Zaragoza aspira a convertirse en un permanente foro mundial de intercambio de conocimiento sobre la gestión del agua.

Los aragoneses tenemos fama de ser sobrios, de considerar inapropiado exteriorizar nuestros sentimientos, de raramente pedir favores y, con igual escasez, dar las gracias.

Pero en esta noche mágica en que la Expo empieza a andar no voy a cumplir esos mandamientos.

No quiero ser sobrio al constatar las maravillas de esta Expo, realizada en un tiempo récord y destinada a perdurar en el tiempo.

No quiero disimular ni mi alegría, ni mi orgullo por tener la fortuna de ser alcalde de una ciudad que ha sido capaz de hacer lo que parecía imposible.

Y no dejaré de dar las gracias.

En primer lugar quiero darlas a quienes me sugirieron en el año 1999 la conveniencia de organizar una Exposición el año 2008.

Pablo Rico, Carlos Miret. Paco Pellicer y Jerónimo Blasco. Además, a Carlos Miret quiero agradecerle la puesta en marcha de una Asociación de ciudadanos a favor de la Expo, y a Paco Pellicer, que me propusiera como tema de la Expo el que hoy tiene: Agua y Desarrollo Sostenible.

También a la Alcaldesa Luisa Fernanda Rudi, que hizo posible un acuerdo para que la Expo se convirtiera en una cuestión de ciudad.

Al entonces Presidente de las Cortes de Aragón, José María Mur, por concitar la coordinación entre las distintas administraciones.

A mi amigo, el Alcalde, Pepe Atarés, primer presidente del Consorcio ProExpo que inició el difícil proceso de elaborar y promover nuestra candidatura.

A los concejales de Zaragoza que, desde el año 1999 hasta hoy mismo, han puesto todo su empeño en hacer posible este sueño.

A todos los trabajadores y funcionarios del Ayuntamiento de Zaragoza.

Al Presidente Marcelino Iglesias, que entendió muy pronto que el proyecto Expo no sólo debería ser un proyecto de Zaragoza, sino también un proyecto de todo Aragón, prestando desde siempre un apoyo incondicionado y generoso.

A los, en su día, Vicepresidentes del Gobierno Javier Arenas y Mariano Rajoy, que se atrevieron a convertir el proyecto Expo en un proyecto de España.

A la Vicepresidenta Primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, a la que le tocó vivir los momentos más difíciles de esta historia, como fueron los de la imprescindible captación de votos en colaboración con el Ministro Moratinos y su equipo de Exteriores, así como la materialización organizativa y presupuestaria del proyecto tras la victoria en París.

A los Presidentes del Gobierno José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.

Al Secretario General del BIE, Vicente Gonzalez Loscertales.

A mi amigo Roque Gistau y a los restantes compañeros de la Comisión Ejecutiva Delegada (Juana Lázaro, Fernando Escribano, Carlos Ocaña, Eduardo Bandrés, Alberto Larraz e Ignacio Salvo), por sus más de setenta reuniones decisorias, complicadas, pero fructíferas.

Gracias a los directores, y a los empleados de Expoagua, de la Sociedad Zaragoza Alta Velocidad, de la Confederación Hidrográfica del Ebro y de todas las empresas participantes por su magnífico trabajo.

Gracias a los Reyes de España, auténticos agentes electorales de nuestra candidatura, primero, y, después, nuestros mayores valedores dentro y fuera de España.

Para el final, dejo el nombre de la persona que ha estado conmigo todos los días de estos largos nueve años. A una persona clave para el éxito del proyecto: me refiero a mi amigo Jerónimo Blasco (el que mejor podría contar con detalles ?porque lo ha vivido todo- la historia de este acontecimiento).

Sé que es larga la lista de agradecimientos, pero aún me falta el principal: mi gratitud eterna y profunda a todos y cada uno de los vecinos y vecinas, primero de Zaragoza y luego de todo Aragón, auténticos «defensores» de la ciudad, en quienes descansa el verdadero mérito de esta empresa.

Queridos vecinos y vecinas: Nuestros hijos, nuestros nietos, nuestros biznietos nos recordarán con afecto y respeto por lo que, entre todos, hemos hecho. Nos envidiarán haber vivido con plenitud y alegría este mágico 2008. Hoy todos podemos estar más orgullosos que nunca de nuestra querida Zaragoza,

¡Bienvenidos todos a la heroica, inmortal y noble Zaragoza, desde hoy también capital mundial del agua!

¡Bienvenidos a Expo Zaragoza 2008!

Muchas gracias.