Fondo de Reconstrucción terremoto de Chile

Muy buenos días:

La verdad que es bastante emocionante e impactante volver a esta Caleta Lo Rojas.

Yo he estado muchas veces. Sabía que el muelle estaba destruido, pero no es lo mismo cuando ve con sus propios ojos el daño y destrucción que el terremoto y el maremoto ocasionaron a nuestro país y muy especialmente a esta Caleta de Lo Rojas.

Y yo quiero hoy día ratificar nuestro compromiso, no solamente vamos a reconstruir el muelle, que va a permitir resucitar a esta Caleta Lo Rojas, que probablemente es una de las caletas de pescadores más importantes de nuestro país.

También vamos a construir un nuevo muelle, en la parte más central de la bahía, para que la industria de la pesca artesanal y esta histórica Caleta Lo Rojas recupere todo su dinamismo y se encuentre con un futuro mejor que el que tenían antes que el terremoto y maremoto asolaran nuestras tierras.

Yo quiero saludar con mucho cariño a las autoridades presentes, al ministro del Interior, al ministro de Hacienda, a los ministros que nos acompañan en esta mañana aquí en Coronel. Quiero saludar también con mucho cariño a la intendenta de la Región del Biobío, a los senadores Hosaín Sabag y Alejandro Navarro, a los diputados que nos acompañan, pero muy especialmente a ustedes, que con su trabajo y su esfuerzo han dado vida y le han legado una historia, y vamos a construir juntos el futuro de esta Caleta Lo Rojas aquí en Coronel.

Hoy día quiero compartir, no solamente con ustedes, sino que con todos los chilenos, el plan de reconstrucción que vamos a desarrollar juntos durante los próximos 4 años, para poder levantar nuestro país, levantar Chile. Lo cual significa no solamente levantar las escuelas destruidas, los hospitales inutilizados, los puentes que se cayeron, las viviendas que se destruyeron, sino que algo mucho más profundo, levantar el alma de nuestro país.

Yo lo he dicho muchas veces: el alma de un país y el temple de un pueblo no se miden en tiempos de calma y tranquilidad, se miden en tiempos de tormenta y en tiempos de adversidad.

Y quiero decir con mucho orgullo que hemos visto que el alma de Chile es un alma noble y que el temple de nuestro pueblo es un temple de coraje.

Y esa nobleza y ese coraje, unidos al trabajo conjunto de todos los chilenos, con unidad, con generosidad, con solidaridad y con coraje, nos va a permitir poner en marcha nuevamente nuestro país y levantar todo lo que el terremoto y maremoto destruyeron y poder construir una patria y un país más libre, más grande, más justo y más fraterno.

Yo les quiero decir que en estos 40 días que llevo como Presidente de Chile, he aprendido aún más la nobleza, el coraje, el temple, la generosidad, la entrega del pueblo chileno, y me siento más orgulloso que nunca, al igual que todos ustedes, de ser chileno.

Quiero partir presentando nuestro programa y plan por el cual vamos a enfrentar los próximos 4 años.

En primer lugar, un pequeño balance de la situación con que recibimos las finanzas públicas.

Durante los últimos 4 años, el crecimiento del gasto público fue cuatro veces mayor que el crecimiento del Producto Interno Bruto, y alcanzó un promedio de 10,4%, alcanzando su máximo nivel el año pasado, en que el gasto público creció a un 18%.

Este crecimiento en el gasto contrasta con una disminución en el ritmo de crecimiento de los ingresos, que fueron cayendo sistemáticamente a lo largo de los últimos 4 años, lo cual significó una situación de déficit fiscal con que terminó el período.

Ahí tenemos la situación del balance del fisco durante los últimos cuatro años.

El año 2009, el país experimentó un déficit fiscal que alcanzó a 7.200 millones de dólares, lo cual representa un 4,4% como déficit efectivo y un 1,2% como déficit estructural.

En consecuencia, el financiamiento de este déficit se generó básicamente utilizando los ahorros externos que el país había acumulado producto de la bonanza en el precio del cobre.

De hecho, durante el año pasado el Fondo de Estabilización Económico y Social bajó de 20 a 11 mil millones de dólares, lo cual significó una disminución de un 44% en el monto de los ahorros que el país había acumulado en el exterior.

Esta situación fiscal, de ingresos que crecen cada vez más lento y gastos que crecen cada vez más rápido, es una situación que tendremos que enfrentar en nuestro Gobierno.

Y por esa razón, la situación que enfrenta el presupuesto del año 2010, antes de los gastos que va a significar el terremoto y el maremoto, y antes de los gastos que va a significar nuestro Programa de Gobierno, es una situación deficitaria que alcanza a un 1,2% del Producto y que representa aproximadamente 2.400 millones de dólares.

Esa es la situación fiscal con que nos encontramos el 11 de marzo de este año.

En consecuencia, nuestro Gobierno se ha planteado un triple desafío.

En primer lugar, enfrentar la emergencia y reconstruir todo aquello que el terremoto y el maremoto destruyeron.

Y para ese propósito vamos a destinar 8.431 millones de dólares durante los próximos 4 años.

En segundo lugar, desarrollar el Programa de Gobierno que le planteamos al país durante nuestra campaña presidencial, lo cual va a significar 9.255 millones de dólares.

Y en tercer lugar, recuperar el equilibrio estructural de nuestras finanzas públicas, lo cual va a significar enfrentar el déficit con que iniciamos nuestra administración, que alcanzó a 2.376 millones de dólares para el año 2010, al 11 de marzo de este año.

El plan para enfrentar estos 3 grandes desafíos, reconstruir Chile, cumplir con nuestro Programa de Gobierno y recuperar la sanidad y el equilibrio de nuestras finanzas públicas, consta de distintas etapas.

En primer lugar, el daño que ocasionó el terremoto y el maremoto que le sucedió, en términos totales alcanza a 30 mil millones de dólares, lo cual representa un 17% de nuestro Producto Interno Bruto.

Quiero recordar que el terremoto que golpeó a nuestro país la madrugada del 27 de febrero, es uno de los 5 terremotos más graves, más fuertes y más destructivos que ha existido en la historia conocida de la humanidad. Desgraciadamente en eso somos campeones mundiales, porque dos de los peores cinco terremotos en la historia de la humanidad, han ocurrido en nuestro país. Uno, el terremoto de Valdivia, en 1960, el otro, el terremoto que despertó a todo un país la madrugada del 27 de febrero de este año.

De esas pérdidas totales, 10.600 millones de dólares corresponden a destrucción de la infraestructura del sector público. Y aquí estamos hablando de las escuelas, de los hospitales, de los puentes, de los caminos, de los puertos, de los aeropuertos, de los edificios públicos, de los edificios municipales.

Sin embargo, nosotros estimamos que descontando los seguros que favorecen al sector público, el daño total que el terremoto significó para el sector público, en términos de daños o pérdida de infraestructura, alcanza a 9.300 millones de dólares.

Sin embargo, como no vamos a reconstruir de la misma forma en que se construía antes, sino que lo vamos a hacer con mayores niveles de eficiencia, aplicando las tecnologías y los conocimientos del siglo XXI, el costo total o la inversión total que va a tener que hacer el Estado durante los próximos cuatro años, para reconstruir aquello que el terremoto y el maremoto destruyeron, representa la cifra de 8.431 millones de dólares.

Y el plan para enfrentar el terremoto lo hemos establecido en tres etapas, que son etapas conceptuales, porque las tres se pusieron en marcha desde el primer día de nuestro Gobierno.

La primera, enfrentar la emergencia ciudadana, que significó dar un digno funeral y entierro a las personas que perdieron su vida, más de 400 chilenas y chilenos perdieron su vida producto de esta tragedia, y es el daño más sensible y más doloroso, porque es un daño irreparable. Y quiero solidarizar con los familiares de esos cientos de chilenas y chilenos que perdieron su vida.

Buscar a los que estaban desaparecidos, rescatar a los que estaban atrapados debajo de los escombros, restablecer el orden público y devolverle a la gente su derecho a vivir en paz. Restablecer el suministro de bienes esenciales, como es la electricidad, el agua potable y los alimentos, fue lo que convocó el esfuerzo de los primeros 30 días, en parte durante el Gobierno de la Presidenta Bachelet, hasta el 11 de marzo, y en parte durante nuestro Gobierno, hasta el día 31 de marzo.

Afortunadamente, esa primera etapa de la emergencia inmediata, la emergencia ciudadana, pudimos terminarla este 31 de marzo, cuando el Gobierno decidió levantar el Estado constitucional de excepción, el Estado de catástrofe que afectaba a tres regiones de nuestro país.

Esa emergencia nos tomó un mes, pero no por eso ha terminado la emergencia. Ahora estamos enfrentando una segunda emergencia, que la hemos llamado “la emergencia del invierno”, y que es una carrera contra el tiempo, una carrera para ganarle al invierno, a la lluvia, al frío y a la intemperie, y lograr que todas las familias chilenas tengan un techo que los proteja y los cobije frente a la lluvia, frente al invierno, frente al frío.

Y esperamos lograr esa meta antes del 11 de junio de este año, y estamos muy conscientes que es una carrera contra el tiempo, porque sabemos que ya empezó el otoño y que las lluvias se acercan, y espero que San Isidro nos dé una mano en esta materia.

Es una carrera contra el tiempo para que ningún niño o niña de nuestro país pierda su año escolar producto del terremoto o el maremoto.

Y por eso nos propusimos una meta tremendamente ambiciosa, que el 26 de abril, es decir, en unos pocos días más, todos los niños, niñas y jóvenes de nuestro país puedan estar nuevamente en sus salas de clase estudiando, preparándose para el futuro, y esa meta, que es una meta muy exigente, la vamos a cumplir.

Es una carrera contra el tiempo para que a pesar de los 79 hospitales que tenemos con daños totales o significativos, toda chilena y chileno que requiera servicio de salud, pueda acceder a ese servicio de salud.

Por eso el compromiso, el desafío y la misión es gigantesca.

Más de 45 mil viviendas de emergencia, que son las viviendas que un Techo para Chile y el Gobierno de Chile están distribuyendo en las zonas afectadas por el terremoto. Más de 30 mil tiendas de campaña, que también van a proveer recursos y albergues para enfrentar el invierno. Más de 1 millón 200 mil niños estaban sin escuelas el 11 de marzo cuando nuestro Gobierno asumió, y nos propusimos que todos y cada uno de ellos pudiera volver a la sala de clases antes del 26 de abril. Y afortunadamente estamos muy cerca y vamos a cumplir esa meta en los días que vienen.

Y a través de hospitales de campaña, a través de hospitales modulares, a través de hospitales que proveyó el Ejército, estamos en condiciones de decir que ningún chileno, ninguna chilena, va a quedar sin acceso a los servicios de salud, producto de la destrucción que el terremoto y el maremoto significaron.

Esta emergencia del invierno nos va a tomar 6 meses, y esperamos que esté concluida el 11 de junio de este año.

Pero simultáneamente con la emergencia ciudadana, simultáneamente con la emergencia del invierno, quiero que las chilenas y chilenos sepan que nuestro Gobierno ya inició el plan de reconstrucción con soluciones definitivas para las viviendas, para las escuelas, para los hospitales, para los consultorios, para los caminos, los puentes, los puertos, los aeropuertos y la infraestructura pública que el terremoto y el maremoto dañaron.

Y que este plan de reconstrucción va a tomar 4 años y va a ser, junto al cumplimiento de nuestro programa de Gobierno, las dos grandes tareas y desafíos que vamos a enfrentar durante nuestro Gobierno.

Con respecto al plan de reconstrucción, en materia de viviendas, vamos a destinar 2.300 millones de dólares para otorgar 200 mil soluciones habitacionales, que corresponden a las viviendas que fueron destruidas por el terremoto.

De estas 200 mil soluciones habitacionales, 135 mil van a ser para construir viviendas nuevas, que reemplacen a aquellas que el terremoto o el maremoto destruyeron, y 65 mil van a ser soluciones para reparar el daño que esa tragedia ocasionó en esas viviendas.

En materia de educación, los recursos que vamos a destinar a la reconstrucción alcanzan a 1.500 millones de dólares, que nos van a permitir reconstruir, y mejor que lo que existía antes, más de mil escuelas a lo largo y ancho de las regiones afectadas por la tragedia; reparar o reconstruir cientos de salas cuna que también fueron destruidas por la adversidad; construir escuelas de emergencia, escuelas modulares, tiendas-escuelas, habilitar infraestructura que estaba destinada a usos de nuestras Fuerzas de Orden y de Seguridad, como Carabineros, o a usos de nuestras FF.AA., para que puedan prestar servicios educacionales durante esta tragedia; y reponer el equipamiento y la tecnología que se destruyó en nuestras salas de clases.

En materia de salud, vamos a destinar 2.100 millones de dólares para reconstruir más de 13 hospitales que quedaron inutilizables, para reparar decenas de hospitales que sufrieron daños severos, para reconstruir o reparar más de 100 consultorios que también fueron afectados por el terremoto y maremoto que asoló nuestro país, para instalar 16 hospitales modulares de campaña o de emergencia y para reponer todo el equipamiento y tecnología médica y hospitalaria que desgraciadamente se destruyó.

En materia de infraestructura y obras públicas, vamos a destinar más de 1.200 millones de dólares, que nos va a permitir reconstruir los sistemas de agua potable rural que se destruyeron, las caletas de pescadores, como la Caleta Lo Rojas, donde estamos hoy día, los colectores de lluvia, los embalses, los caminos, los puentes, los puertos, los aeropuertos, los edificios públicos y las obras de nuestro patrimonio cultural que fueron destruidos.

En el caso de la Región del Biobío, tengo realmente el orgullo de anunciar que mañana se licita la reparación del puente Yacolén, y que ese puente va a estar en pleno funcionamiento antes del mes de noviembre de este año. El señor ministro de Obras Públicas se puso nervioso. Que durante este mes de abril vamos a licitar la reparación del puente Juan Pablo II, que también va a estar en pleno funcionamiento antes que termine este año. Que ya estamos en reparación el puente ferroviario, que va a permitir un sistema mixto, de pasajeros durante las horas de mayor demanda y de carga durante las horas de menor demanda. Y que adicionalmente vamos a construir un puente nuevo, que es el puente Chacabuco, que va a permitir que la integración entre la ciudad de Concepción y Talcahuano con el sur del país, con San Pedro de la Paz, recupere plenamente no solamente los puentes que existían, sino que además agreguen un puente nuevo, que va a ser el puente Chacabuco, que va a reemplazar al puente viejo, que estaba destruido e inutilizable mucho antes del terremoto.

Ustedes ven, quiero recordar que el puente Yacolén tomó casi cuatro años en ser construido. Y yo me quiero comprometer, como Presidente de Chile, delante de todos ustedes, que durante este año 2010 va a volver a estar en funcionamiento el Puente Yacolén, el Puente Juan Pablo II, el Puente Ferroviario, y que en un plazo de dos años tendremos en funcionamiento el nuevo Puente Chacabuco.

De esa manera vamos a responder a los requisitos y a las necesidades de esta Región del Biobío.
Adicionalmente a estos componentes del gasto que aquí están puestos, y que representan una inversión de 8.431 millones de dólares, nuestro Gobierno quiere ratificar hoy día que vamos a cumplir el Programa de Gobierno que le planteamos al país durante la última campaña presidencial.
Y que para eso vamos a destinar más de 9.300 millones de dólares.
¿Cuáles fueron los ejes de nuestro Programa de Gobierno? ¿Cuáles fueron los compromisos que asumimos a lo largo y a ancho de nuestro país durante la campaña presidencial? Los quiero resumir en forma muy breve:

En primer lugar, recuperar la capacidad de crecimiento y la capacidad de creación de empleo. Pasar del 2,7% de crecimiento promedio del gobierno anterior, a un promedio de crecimiento de 6% durante nuestro Gobierno. Y recuperar la capacidad de crear 200 mil nuevos empleos al año.

Y ahí están las medidas que vamos a adoptar, para cumplir con este objetivo.

Segundo gran compromiso y desafío de nuestro Programa de Gobierno, empezar a ganarle la batalla a la delincuencia y al narcotráfico y devolverle a la gente el derecho a vivir en paz y recuperar para nuestras familias, los 600 mil niños y jóvenes que han caído en las garras de la droga.

Para eso vamos a destinar más de 500 millones de dólares, a través de un conjunto de medidas que son las que están en esta presentación, y entre las cuales destaco los 10 mil nuevos carabineros que vamos a tener en las calles de nuestro país, protegiendo a la gente inocente. Destaco el fortalecimiento de nuestra Fiscalía Nacional, para que sea más eficaz y más oportuna en la persecución de los delincuentes y narcotraficantes que angustian nuestras vidas. Destaco el fortalecimiento del Poder Judicial, para que pueda cumplir su rol de proteger a los inocentes y castigar a los delincuentes, que es el principal rol que debe cumplir la justicia en nuestro país. Y también destaco el enorme esfuerzo que vamos a hacer para prevenir, de forma tal de anticiparnos a los problemas y evitar que nuestros niños y nuestros jóvenes caigan en el equivocado camino de la delincuencia, de la droga o del alcoholismo, y el enorme esfuerzo que vamos a hacer en rehabilitar y recuperar para nuestras familias y para nuestro país, aquellos que cayeron en ese camino equivocado de la delincuencia, la droga y el alcoholismo.

El tercer compromiso es derrotar la pobreza extrema durante nuestro Gobierno. Una pobreza extrema dura y cruel que afecta a más de 500 mil de nuestros compatriotas, y sentar las bases para que Chile sea el primer país de América Latina que durante esta década pueda derrotar el subdesarrollo, pueda derrotar la pobreza y pueda ofrecerle a todos sus hijos, una vida más plena y una vida más feliz.

A ese propósito vamos a destinar 1.956 millones de dólares, a través de un conjunto de medidas, entre las cuales está el ingreso ético familiar garantizado, que va a permitir a todos los chilenos y chilenas, por el solo hecho de ser hijo de esta patria, poder alcanzar una vida que les permita superar la pobreza y reencontrarse con la dignidad y con la felicidad a la cual todos tenemos derecho, y al cual nosotros tenemos la obligación de garantizar a todos los chilenos.

El cuarto compromiso, que es una deuda que tenemos pendiente con nuestros niños desde hace ya demasiado tiempo, es mejorar de verdad la calidad y la equidad de nuestra educación, para que todos los niños, independientemente de cuál haya sido la calidad de la cuna o cuál haya sido la situación socioeconómica de su familia, sepan que en este país, nuestro país, nuestro Chile, van a tener acceso a una educación de calidad, que les va a permitir progresar de acuerdo a su mérito, de acuerdo a su esfuerzo, de acuerdo a su talento y terminar con las desigualdades excesivas que afectan a nuestro país.

Hoy día el sistema educacional es una fábrica que reproduce las desigualdades, porque los sectores más favorecidos tienen acceso a educación de calidad, y los sectores más vulnerables no tienen acceso a una educación de calidad.

Y, por tanto, las desigualdades se perpetúan y se traspasan de generación en generación.

Vamos a construir un sistema educacional que va a ser la fábrica de igualdad de oportunidades, para que nunca más en nuestro país la calidad de la cuna sea el mejor productor de la calidad de la tumba. Y que todos nuestros niños sepan que con esfuerzo, con trabajo, con sacrificio, van a poder progresar, van a poder tener una vida más plena y más feliz y van a poder sacar adelante a sus familias.

Por esa razón, hay un conjunto de medidas que planteamos en nuestro Programa, para mejorar la calidad de la educación, lo cual incluye el aumento significativo en la subvención educacional, el fortalecimiento de la capacidad, formación, dignidad y respeto que merecen nuestros profesores, la modernización de los métodos y contenidos de enseñanza, la construcción de 50 liceos de excelencia en todas y cada una de las regiones de nuestro país, y también una mayor exigencia y un mayor compromiso que le vamos a pedir a nuestros niños y a nuestros estudiantes, porque, después de todo, es la educación de nuestros niños y de nuestros estudiantes, es su vida, es su futuro, y necesitamos un mayor compromiso y una mayor excelencia de parte no solamente de los profesores, no solamente de los padres y apoderados, sino que principalmente de nuestros niños y jóvenes, que son sin duda el futuro de nuestro país.

Adicionalmente nuestro Programa de Gobierno contemplaba una mejoría en la calidad de la salud. Y aquí estamos hablando de la calidad de la salud en los consultorios, en los policlínicos, en los hospitales. Y para eso vamos a destinar 930 millones de dólares, a construir mejores hospitales y mejores consultorios, a dotar a nuestros hospitales y consultorios de los médicos especialistas y el equipamiento que necesitan para prestar un buen servicio de salud; a construir una red de centros de atención integral para nuestros adultos mayores, que necesitan una salud adecuada a los requerimientos de la tercera edad; y también, a modernizar la tecnología y los procedimientos en nuestro sistema de salud y a reducir o eliminar gradualmente el descuento del 7% de salud que afecta a los sectores más vulnerables de nuestro país.

Y, finalmente, nuestro firme compromiso con las regiones, con el mundo rural y con las micro, pequeñas y medianas empresas.

Vamos a destinar más de 2.500 millones de dólares a ayudar a nuestras micro, pequeñas y medianas empresas, a descentralizar nuestro país, a fortalecer el mundo rural y el mundo del campo, de forma tal de que todos los que tengan espíritu de innovación y emprendimiento sepan que en nuestro país van a tener una verdadera oportunidad de innovar, de emprender, de progresar, de invertir, de crear trabajo y de crear riqueza.

Y para eso, vamos a hacer una verdadera revolución en la forma en que enfrentamos los desafíos de la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento. Una verdadera revolución en la capacitación de nuestros micro, pequeños y medianos empresarios y en la capacitación de nuestros trabajadores. Una verdadera revolución en la integración de la micro, pequeña y mediana empresa al mundo de la modernidad, a la sociedad del conocimiento y la información y al mundo globalizado en el cual estamos viviendo.

De esta forma, los recursos que vamos a destinar al cumplimiento de nuestro Programa de Gobierno, que se suman a los recursos que destinaremos a la reconstrucción de nuestro país, alcanzan a más de 9.200 millones de dólares.

Estamos hablando de un programa y de un proyecto tremendamente ambicioso.

Nos hemos propuesto, durante los próximos 4 años, recuperar y reconstruir, y levantar nuevamente nuestro país, frente a los daños y destrucción que el terremoto y maremoto nos causaron.

Nos hemos propuesto cumplir fielmente nuestro Programa de Gobierno, de forma tal de poder tener un país que crezca, que cree trabajo, que empiece a ganarle la batalla a la delincuencia, que mejore la calidad de la salud y la educación y que le tienda una mano acogedora y eficaz al mundo del campo, al mundo de las regiones y al mundo de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Y adicionalmente vamos a recuperar la salud y el equilibrio en nuestras finanzas públicas.

¿Cómo vamos a financiar este gigantesco esfuerzo que juntos como un solo hombre, como una sola mujer, vamos a enfrentar todos los chilenos?

Porque quiero decirlo con mucha claridad: los desafíos que enfrentamos en el presente y las oportunidades que nos ofrecen el futuro, van a requerir un país que trabaje con unidad, en que Gobierno y oposición, cada uno cumpliendo su rol, nunca olvidemos que lo que nos une es mucho más que lo que nos separa. Podemos tener diferencias, y son legítimas, pero yo no pongo en duda que tanto la oposición como el Gobierno, y todos los chilenos, queremos lo mejor para nuestro país y queremos darle a nuestra gente una vida más plena y una vida más feliz.

Y eso es lo que nos hace sentirnos a todos chilenos, porque al fin y al cabo, todos somos hijos de la misma patria, todos respiramos el mismo aire, a todos nos calienta el mismo Sol, todos nos emocionamos frente a la misma bandera y todos celebramos los goles de la roja con la misma emoción y con el mismo entusiasmo.

Y, por lo tanto, yo quiero pedir en estos tiempos de desafíos y en estos tiempos de adversidad, porque nuestro Gobierno está enfrentando este desafío con un triple eje. El año 2010 es un año de historia, es un año de adversidad y es un año de futuro.

Es un año de historia, porque estamos celebrando nuestro Bicentenario, nuestros primeros 200 años de Independencia.

Es un año de adversidad, porque nos ha golpeado uno de los 5 peores terremotos que ha conocido la historia de la humanidad. Sólo 5 veces en la historia de la humanidad conocida, la tierra había temblado y el mar nos había azotado con la fuerza que lo hizo esa madrugada del 27 del febrero.

Y es un momento de futuro, porque nunca antes Chile había estado tan cerca de lograr cumplir con el sueño de ser el primer país de América Latina que antes que termine esta década, pueda decir con humildad, pero también con orgullo, hemos derrotado la pobreza, hemos derrotado el subdesarrollo, hemos construido una sociedad con más justicia, con más oportunidades, con más fraternidad, y lo hemos hecho con unidad, lo hemos hecho en democracia y lo hemos hecho en paz.

Las fuentes de financiamientos va a ser de distinta naturaleza, porque el desafío es tan grande que todos y cada uno de nosotros va a tener que ponerle el hombro a esta tarea de enfrentar y reconstruir Chile y de conquistar el desarrollo y derrotar la pobreza.

En primer lugar, el crecimiento económico va a significar una fuente permanente y saludable de recursos fiscales, que estimamos del orden de los 2.400 millones de dólares adicionales al año.

En segundo lugar, el Gobierno ha predicado con el ejemplo y ha hecho un enorme esfuerzo de austeridad y de reasignaciones de recursos públicos.

En tercer lugar, enviamos al Congreso una ley de donaciones, para fomentar e incentivar la solidaridad del sector privado, de las empresas y de las personas.

Quiero decirles que en esa ley de donaciones por cada peso que ponga el Estado, los donantes van a poner 5 pesos, de forma tal de que el sector privado, y especialmente los más favorecidos y los que más tienen, contribuyan voluntariamente a ayudar a aquellos que menos tienen y más necesitan.

En cuarto lugar, venta de activos prescindibles, que no son indispensables, de forma tal de destinar esos recursos a otras inversiones que sí son indispensables, como reconstruir nuestras viviendas, nuestras escuelas, nuestros hospitales.

En quinto lugar, vamos a recurrir a endeudamiento público, tanto nacional como extranjero.

En sexto lugar, vamos a hacer uso moderado y responsable, igual como haremos un uso moderado y responsable del endeudamiento público, haremos un uso moderado y responsable de los fondos ahorrados en el exterior, especialmente en el fondo de estabilización económica y social, y en el fondo de la ley reservada del cobre.

En séptimo lugar, vamos a recurrir a un aumento en los impuestos de aquellos sectores que tienen más, para que podamos ayudar mejor a aquellos sectores que tienen menos.

Y este aumento de los impuestos se va a traducir en un aumento transitorio en el impuesto de primera categoría a las empresas de nuestro país, que va a subir en tres puntos durante el año 2011 y en un punto y medio durante el año 2012, de forma tal de recibir el aporte solidario de las empresas de nuestro país.

Pero como tenemos una preocupación y una sensibilidad muy especial con las pequeñas y medianas empresas, quiero anunciar de inmediato que toda pequeña, micro y mediana empresa de nuestro país cuyas ventas no superen las 50 mil Unidades de Fomento, y cuyas utilidades no superen las 2.500 Unidades de Fomento al año, van a quedar exentas del impuesto de primera categoría, por todas aquellas utilidades que reinviertan para crear trabajo y para crear riqueza, lo cual significa un tremendo apoyo, respaldo y estímulo al crecimiento, al desarrollo y a la inversión que van a hacer nuestros micro, pequeños y medianos emprendedores en nuestro país. Y esto va a beneficiar a más de 800 mil pequeñas, micro y medianas empresas. Es decir, a más de 800 mil innovadores, emprendedores, que aunque lo hagan en pequeña o mediana escala, son el alma, el corazón y la columna vertebral de nuestro país.

Adicionalmente al aumento del impuesto de primera categoría a las empresas y a esta exención de pagar impuestos para las micro, pequeña y mediana empresa por las utilidades reinvertidas, vamos a hacer un cambio en el impuesto del royalty que afecta al sector minero de nuestro país.

La minería en nuestro país es la actividad económica más importante, la que representa el mayor aporte a nuestras exportaciones y el mayor aporte al financiamiento del sector público. Y además, esperamos que en los próximos años se inviertan en la minería de nuestro país, más de 30 mil millones de dólares, que nos van a permitir lograr esa meta de derrotar la pobreza y derrotar el subdesarrollo.

Pero también, quiero reconocer que en estos momentos de adversidad, la minería va a hacer un aporte adicional al financiamiento de nuestro programa de reconstrucción.

Y por eso vamos a establecer un cambio en la tributación que afecta al royalty minero. Reconociendo los compromisos de invariabilidad que el Estado chileno ha asumido, porque el Estado chileno cumple sus compromisos, pero proponiéndoles una nueva estructura tributaria que nos va a permitir recaudar en los próximos tres años aproximadamente 700 millones de dólares adicionales, producto de royalty que afecta a nuestra minería por el uso de recursos mineros no renovables que de acuerdo a nuestra Constitución le pertenecen al Estado y, en consecuencia, a todos los chilenos.

Y, finalmente, vamos a establecer en forma transitoria una sobretasa en el impuesto de bienes raíces que afecta al 5% de las viviendas con mayor avalúo fiscal en nuestro país, y que no toca ni afecta a ninguna familia de clase media ni vulnerable de nuestro país.

De esa forma, esta sobretasa de 0,25% por dos años, al 5% de las viviendas con mayor avalúo fiscal, va a significar otro esfuerzo de solidaridad.

Si ustedes ven, el paquete tributario que estamos planteando afecta a las empresas de nuestro país con un esfuerzo transitorio de una mayor contribución en el impuesto de primera categoría, por un plazo de dos años. Afecta a la minería, por un aumento en el aporte que la minería haga a enfrentar esta situación de adversidad que el país enfrenta. Y afecta también a los sectores más privilegiados o más afortunados de nuestro país, por una sobretasa en el impuesto de contribuciones que va a durar dos años.

Pero también vamos a establecer un incremento permanente en un impuesto que afecta al tabaco y al tabaquismo en nuestro país, aumentando el impuesto en forma permanente al tabaco en nuestro país desde 60 a 67%, como una manera no solamente de recaudar mayores recursos, sino que también como una manera de aportar a una vida más sana, porque queremos un país que no solamente progrese en lo económico, también queremos un país que tenga una vida más sana.

Y por eso quiero anunciar que esto es parte de un proyecto de mejorar la calidad de vida y la salud de los chilenos, mejorando nuestros hábitos alimentarios, fomentando el deporte, mejorando nuestra relación con el medioambiente y reduciendo algunos males que nos afectan, como es el tabaquismo y al alcoholismo en nuestro país

Y, por tanto, el impuesto a los tabacos va a ser un impuesto permanente, que va a contribuir no solamente a fortalecer las finanzas públicas, sino que también a crear un país con una vida más sana, con menos tabaquismo, con menos sedentarismo, con más deporte, con una vida más sana, con mejores hábitos de alimentación y con mayor contacto con la naturaleza.

El impacto de estas medidas tributarias, nos va a permitir lograr los tres objetivos que yo planteaba al comienzo de estas palabras: reconstruir y levantar nuestro país frente a los efectos del terremoto, cumplir con nuestro Programa de Gobierno recuperar el equilibrio y la salud de nuestras finanzas públicas, de forma tal que el año 2014 Chile va a ser un país que va a haber reconstruido lo que el terremoto destruyó y va a haber cumplido con el Programa de Gobierno que comprometimos ante el pueblo chileno y que va a haber recuperado el equilibrio estructural en sus finanzas públicas.

La recaudación que los impuestos que he planteado va a significar para el Estado, están puestos en el cuadro que quiero detallar a continuación.

El impuesto de primera categoría va a aportar 1.260 millones de dólares adicionales, que va a ser el aporte que van a hacer las empresas de nuestro país, y que no va a afectar a las pequeñas y medianas empresas, porque las pequeñas y medianas empresas van a tener una exención tributaria por las utilidades reinvertidas, en la medida que sus ventas no superen las 50 mil Unidades de Fomento y que su utilidad no supere los 2.500 Unidades de Fomento al año.

La sobretasa transitoria en el impuesto de contribuciones de bienes raíces, que va a afectar al 5% de las viviendas de mayor avalúo fiscal en nuestro país, es decir, a los sectores más favorecidos, va a recaudar 281 millones de dólares durante el período en que esté en vigencia.

La nueva estructura del impuesto royalty a la minería, va a recaudar aproximadamente 700 millones de dólares durante los años 2011 y 2012.

Y el impuesto permanente al tabaco, va a recaudar en total, durante los cuatro años, una cifra cercana a los 990 millones de dólares.

De esta forma, de esta forma vamos a lograr no solamente reconstruir lo que el terremoto y el maremoto destruyeron, no solamente cumplir con nuestro Programa de Gobierno, no solamente recuperar el equilibrio y la salud de nuestras finanzas públicas, vamos a lograr algo mucho más grande, es que un pueblo entero, en forma generosa, en forma solidaria, seca sus lágrimas y se pone de pie para reconstruir lo que el terremoto dañó, pero para construir un futuro y un país más libre, más grande, más solidario y más fraterno.

Yo estoy seguro que con la ayuda de Dios, porque Dios nunca pone sobre nuestros hombros una carga que no seamos capaces de enfrentar, y con el trabajo y el aporte unitario, solidario y generoso de todos los chilenos, vamos a lograr transformar esta tragedia que significó el terremoto y maremoto, en una gran oportunidad para construir un país mejor, un país que le dé a todos sus hijos, verdaderas oportunidades de una vida más plena, de una vida más feliz, de una vida con más oportunidades.

Siempre lo he dicho, nuestro Gobierno va a ser un Gobierno de unidad nacional, que va a gobernar para todos los chilenos, pero que tiene un compromiso y una preocupación que llevamos en el alma y en el corazón, por los sectores más pobres y por la clase media de nuestro país.

Y quiero decirle a los más pobres de Chile y a la clase media de Chile, que cuando elaboramos este proyecto de reconstrucción nacional y cuando elaboramos nuestro Programa de Gobierno, siempre pensamos que necesitamos un país que le dé la oportunidad a los que viven en la pobreza, de superar definitivamente esa situación y que le dé una oportunidad a nuestra clase media, de poder progresar y de poder darle a sus hijos y a sus familias una vida más plena y más feliz.

Yo estoy seguro que el programa que hemos presentado hoy día cumple plenamente esos objetivos.

Y por eso, una vez más llamo a los chilenos a secar nuestras lágrimas y a poner manos a la obra en construir esa patria más libre, más justa y más fraterna, que no solamente soñamos, sino que también merecemos.

Muchas gracias.